SEVILLA.- El Museo Histórico Militar de Sevilla, ubicado en la Plaza de España, acoge desde este martes una exposición para recordar la gesta de los últimos de Filipinas, los españoles que fueron sitiados en Baler y que permanecieron atrincherados once meses en una iglesia. Por aquella hazaña que supuso el ocaso de la colonia hace 120 años, el Ejército ha reunido piezas de todo tipo para contar aquella historia, según relata Abc.
El jefe del Estado Mayor de la Fuerza Terrestre, Alejandro Escámez Fernández,
fue el encargado de inaugurar la muestra, que lleva por nombre «Baler.
120 años del ocaso español en Filipinas. Una historia de valor, honor y
lealtad», que estará abierta hasta el 31 de octubre. La entrada es gratuita.
El
Museo Militar de Sevilla acoge cada año exposiciones para recordar
acontecimientos de la historia de España. En este caso, tal y como se ha
hecho a lo largo y ancho del territorio nacional, el Ejército ha
querido rememorar este episodio.
En colaboración con el Cuartel General de la Fuerza Terrestre,
una comisión se ha encargado de recopilar miniaturas, fotografías y
pinturas de particulares sevillanos cuyos abuelos o antepasados
estuvieron en Filipinas. También se pueden contemplar armas y uniformes
de la época.
La exposición pretende conducir al visitante a través de un recorrido que comienza con la actuación española en las islas Filipinas, desde su descubrimiento en el siglo XVI y posterior colonización siglos
XVII y XVIII, para pasar posteriormente a la vida cotidiana de esa
sociedad a finales del XIX.
A continuación se centra en la faceta militar de dicha época y en la pequeña iglesia de Baler y
el destacamento militar español, protagonista de la gesta de cuyo final
se cumplen 120 años. El recorrido termina con la figura del teniente
médico Vigil de Quiñones y su participación en el
sitio, aprovechando las efemérides para rendirle un homenaje. Por ello, a
la inauguración de la muestra acudió uno de los nietos de este galeno
nacido en Marbella pero que pasó gran parte de su vida ligado a Sevilla.
Vigil de Quiñones llegó en enero de 1898 a Filipinas. Se
incorporó al servicio de guardias del Hospital de Malate. En aquel
momento, parecía haberse sofocado la revolución emprendida por la
sociedad secreta Katipunan. Sin embargo, el gobierno sustituyó a 400
hombres en Baler por una pequeña fuerza de 50, entre los que se
encontraba el médico.
En junio de aquel año, fueron emboscados y comenzó
el sitio. Aquellos hombres resistieron once meses atrincherados
en una igleisia hasta que España capituló. Salieron de su puesto con la
bandera atravesada por las balas y los filipinos les permitieron salir
de la isla y regresar a España como héroes.
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