miércoles, 3 de julio de 2019

Cuando Filipinas declaró la guerra a la compañía Pepsi-Cola

MADRID.- Una de las estrategias comerciales que mayor éxito tiene es la de incentivar la compra o consumo de un producto a través de ofrecer regalos e incluso dinero en metálico, ya sea de modo directo o a través de algún tipo de sorteo. Promociones que son muy fácil de poner en marcha y que suelen ser del agrado de la mayoría de consumidores.

Pero al igual que una determinada campaña puede proporcionar pingües beneficios para una compañía también puede volverse en contra de los intereses de la misma, ocasionando graves pérdidas económicas e incluso el descrédito frente a los clientes.
Esto último es lo que le ocurrió en 1992 a la multinacional que comercializaba el refresco Pepsi-Cola en Filipinas, donde estuvo a un paso de tener que cerrar la delegación de la empresa en el país del Sudeste Asiático.
La empresa que comercializaba los refrescos Pepsi, Mirinda, Mountain Dew y 7 Up, con el fin de afianzar su presencia en el mercado filipino, decidió poner en marcha una promoción que le había funcionado perfectamente en otros países del planeta sin problema alguno y que había bautizado con el nombre de ‘Number Fever’. Se inició en febrero y tendría una duración de tres meses.
Consistía en imprimir una serie de números en el interior de los tapones de todas las botellas de los cuatro productos de Pepsi-Cola e ir anunciando diariamente a través de un programa de televisión cuáles eran los dígitos ganadores de cada sorteo y la cantidad económica a percibir (varios eran los premios en metálico que podía ir desde los 100 hasta 1.500 pesos filipinos (entre los 3 y los 45 dólares de la época) y un gran premio final, el último día de promoción (que tendría lugar el 25 de mayo de 1992) en el que un solo afortunado se llevaría la 1.000.000 de pesos filipinos (35.000 dólares de la época), teniendo en cuenta que era una auténtica fortuna (un trabajador filipino medio cobraba mensualmente alrededor de 100 pesos).
Tal y como se anunciaba el número ganador por televisión, aquellos consumidores que tuviesen en su poder un tapón de los refresco Pepsi, Mirinda, Mountain Dew y 7 Up con dicha numeración debían contactar con la empresa y recibirían el premio que les había correspondido en metálico.
La del 25 de mayo de 1992 debía ser una gran fecha y toda una fiesta por lo alto, debido a que terminaba la promoción y se conocería el número ganador del ansiado premio de un millón de pesos filipinos. Pero todo lo contrario, se convirtió en uno de los días más fatídicos para la compañía de refrescos. Aquella noche, través del programa especial que se emitía por el canal 2 de la televisión de Manila se anunció que el número ganador, al que le correspondía el gran premio en metálico de un millón de pesos filipinos, era el 349.
Para tal promoción la empresa tenía todo previsto. Los números ganadores se generaban a través de un programa informático, siendo impresas muy pocas cantidades de tapones con la numeración agraciada. Dependiendo del premio asignado se imprimían mayor o menos número de tapones. Aquellos a los que se le asignaba un premio mayor tenían una cantidad muy limitada y la inmensa mayoría de botellas llevarían tapones a los que no les iba a tocar ningún premio.
Todo milimetrado para que la cantidad de premios asignados se ajustasen al presupuesto de la campaña publicitaria, la cual estaba funcionando perfectamente debido que había aumentado considerablemente la venta de refrescos Pepsi-Cola desde que se había iniciado la promoción.
Pero aquella 25 de mayo de 1992 algo falló y del número que se facilitó por televisión (el 349) como ganador de un millón de pesos filipinos resultaba que se habían impreso alrededor de 800.000 tapones en los que aparecía.

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