MADRID.- El pasado 30 de junio, representantes del Gobierno español y del ejecutivo de Filipinas, conmemoraron el 120º aniversario del sitio de Baler,
el asedio del ejército filipino a la iglesia de San Luis Obispo de
Toloso, en la que se atrincheraron los soldados españoles durante 337 días en 1899, cuando la guerra que enfrentó a ambos países había terminado ya el año anterior.
En la misma iglesia de la hazaña, descendientes de los efectivos asediados hace más de un siglo rememoraron la salida de los 33 militares del templo,
cuando los insurrectos filipinos los rodeaban.
En palabras del
embajador español Jorge Moragas -presente en el acto-, despidieron a los
soldados españoles "tratándolos como amigos, no como adversarios". Además, el diplomático destacó que es la primera vez que se reproduce la salida de la bandera española del templo, como lo hiciera, en manos de "los últimos", en 1899.
Mediante este acto conjunto, ambos gobiernos han simbolizado la amistad
que une a España con la que fuese una de sus última colonias de ultramar
y que consiguió su independencia -el llamado "desastre del 98"- al finalizar el conflicto bélico.
Como apunta el eurodiputado Javier Nart a El Confidencial, "por mucho que se busque, no hay nación colonial en el mundo que haya disfrutado y disfrute del amor y del afecto del que goza España por parte de los territorios que fueron sus colonias;
lo que supone una verdadera gloria de nuestra historia nacional".
Además, apunta: "No hay nada más lamentable que el patético complejo de
la pseudoizquierda española cuando se trata de nuestra historia".
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